Por Edward Sánchez
Hace
poco miraba un video de Internet, donde un grupo de asiáticos, mataban y
arrancaban la piel a una diversidad de mamíferos (mapaches, osos, castores; la
familia de los felinos y caninos). Este circulo de personas con mirada fría y
sin escrúpulos, cortaban estos animales; la pregunta que me hice fue: ¿para que
lo hacían, que fines u objetivos buscaban? La respuesta surgió enseguida en un
anuncio virtual, en el que se ofrecía sacos y vestidos con pieles de animales
de toda índole. Mi respuesta fue instantánea: repudio y tristeza. ¿Cómo es
posible que se despellejaran animales, para satisfacer el capricho de unas
cuantas personas? Estos rudimentos, desde luego, no son nada económicos, tienen
altos costos y se venden, esencialmente, en Europa y Norteamérica, donde tienen
mayor demanda. Al ver estas imágenes y entender la causa de la practica, se
puede concluir que no son fenómenos aislados al funcionamiento de la sociedad y
del modo de producción. Los altos costos de estas prendas en el mercado,
conducen a grupos de homo erectus a diseñarlos, por el ambicioso y codicioso
deseo de acumular riqueza, inherente a la naturaleza de este sistema
capitalista.
Sin
embargo, este no es el único caso, he conocido personas que matan elefantes
para vender el marfil que estos tienen en su trompa, desconociendo o soslayando
los riesgos de esta actividad para el futuro de las especies, de la fauna, por
el interés más inmediato y dantesco, obtener ganancias, para participar del efímero
consumismo global. <<No me interesan los animales>> exclaman muchos
de ellos.
Hay
diversas especies de animales (Reptiles, Felinos, Mamíferos, Peces), que se
encuentran en vía de extinción, ya sea por la caza furtiva para hacer bienes
suntuarios o por comercializar con la carne o aceites de estos, el objetivo y
el propósito es la ganancia. Muchas de estas empresas son trasnacionales o
multinacionales y tienen grandes patrimonios.
Estaba
pensando y reflexionando sobre el cambio de esta situación; vía crucis que en
conclusión no cambiara por la “fe” o la “esperanza”, a menos, que se transforme
la sociedad-sistema y la lógica imperante.
Otra
disertación que hacia ¿es esta una realidad que solo abriga a los animales?, la
respuesta un ¡no! tajante. La naturaleza padece una situación similar. Años de explotación
industrial y comercial; extracción ingente de recursos naturales, ha conllevado
a un cambio en la fisonomía del medio ambiente, el móvil es el mismo que con la
matanza animales, la ganancia y la hechura de bienes suntuarios para minúsculas
familias. ¿Quién compra el oro y los diamantes que se extraen diariamente?
No
obstante, esa no es la única consecuencia, la indiscriminada extracción de petróleo,
que al procesarse emana CO2 y CO (dióxido de carbono y monóxido de carbono,
respectivamente), calientan el globo terrestre y contamina las fuentes
hídricas, entre otros perjuicios.
Hace
poco leía un artículo en el que se hablaba, que los Estados Unidos de América
(EE.UU.), consumen millares de barriles diarios de petróleo, todo para mantener
una sociedad consumista y despilfarrante, que surte a la gente con botellas,
latas, plásticos, desechos orgánicos e inorgánicos, desechos industriales. Es el
país más consumista y más contaminante, y el defensor principal del modo de
producción capitalista. Además, este país no firmo el tratado de Kyoto, sobre
calentamiento global y cuidado del medio ambiente.
Hace
algunos años, una empresa petrolera derramo este compuesto en el litoral del
continente americano: la BP
(british petroleum), matando miles de peces y contaminando la costa, donde
trabajan varios pescadores pobres. Han escuchado de los océanos ácidos, esta es
una de las principales causas de ese fenómeno, pues se deriva del incremento
del PH. Desde luego, esta empresa no tuvo sanciones, porque controlan el mundo
y las instituciones jurídicas internacionales. Una aclaración oportuna: las
grandes empresas multinacionales y trasnacionales, los banqueros, los
terratenientes controlan las instituciones internacionales, el Banco Mundial,
Fondo Monetario Internacional, Organización Mundial del Comercio, Organización
de Estados Americanos, las instituciones jurídicas y otras, no se nos haga
extraño que ninguna empresa contaminante, tenga sanciones graves.
Si
no somos nosotros los que detengamos la barbarie capitalista, el medio ambiente
lo hará, con consecuencias graves para la humanidad. La naturaleza no resistirá
otros 100 años de explotación desmedida, para saciar los deseos consumistas.
La
lucha por una mejor sociedad, sin explotación del hombre por el hombre, con
unos nuevos valores, por un modo de producción mejor, equitativo y planificado,
es indiscutiblemente, la lucha por la liberación animal y de la naturaleza.
¡EL
SOCIALISMO ES MUCHO MEJOR QUE EL CAPITALISMO!
Raymond Lotta
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