El crecimiento de la agricultura es la principal causa de deforestación en América Latina, que alberga más de un quinto de los bosques del mundo y más de la mitad de los bosques primarios.
Pero ese crecimiento no significa necesariamente más alimentos para los habitantes de la región, ya que los monocultivos, tales como la soja, son por lo general destinados a satisfacer la creciente demanda de biocombustibles o comida para animales.
Según el informe Situación de los Bosques del Mundo 2011 de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), casi la mitad del territorio de América Latina y el Caribe está forestado, pero el área boscosa se ha reducido más rápido que en cualquier otra región del mundo.
Entre el 2000 y el 2010, el área boscosa en América Latina y el Caribe se redujo en casi 42,000 Ha, a 890,782 Ha. Mientras que la tasa promedio mundial anual de deforestación fue de 0.13%, en la región alcanzó 0.46%.
“Necesitamos darle énfasis a la conexión entre los bosques y las personas, y los beneficios que pueden resultar cuando son manejados por personas locales de una manera innovadora y sustentable”, manifestó Eduardo Rojas, subdirector general del Departamento Forestal de la FAO.
La expansión de la agricultura a gran escala también es responsable en gran medida de la deforestación en la región, lo que, irónicamente, no significa más alimentos para la población local, ya que gran parte de los cultivos no se destinan a la alimentación.
El 3 de febrero, la FAO advirtió que en enero los precios internacionales de los alimentos experimentaron otra subida histórica, lo que significa que los países más pobres que suelen importar alimentos, como Haití, podrían sufrir aún más porque los suministros mundiales de granos disminuyen, la demanda crece y los precios siguen subiendo.
“Es posible que los altos precios se mantengan en los próximos meses”, afirmó en una declaración el economista de la FAO y experto en granos Abdolreza Abbassian. “Los elevados precios de los alimentos son una preocupación importante especialmente para los países de bajos ingresos, deficitarios en alimentos, que enfrentan problemas para financiar la importación de alimentos, y para los hogares pobres que destinan una gran parte de sus ingresos a la comida”.
En un artículo publicado por la web ambiental argentina EcoPortal, su director, Ricardo Natalichio, criticó a la FAO por considerar como bosques los monocultivos forestales —como el eucalipto—, que son usados con fines industriales, señalando que esta industria es nociva para el medio ambiente.
“Entre los impactos del monocultivo de árboles se incluyen la pérdida de la biodiversidad, la alteración del ciclo hidrológico, la disminución de la producción de alimentos, la degradación de los suelos, la pérdida de culturas indígenas y tradicionales, los conflictos con empresas forestales, la disminución de las fuentes de empleo, la expulsión de la población rural y el deterioro del paisaje en zonas turísticas”, precisó.
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